La aplicación de 'FutbolNet' en el Complexo da Maré de Río de Janeiro está impulsando la inclusión de las chicas en el fútbol y ayudando a romper el arraigado mito de que este deporte es sólo cosa de niños
‘FutbolNet’ en Río
El Complexo da Maré es una de las zonas más pobres de Río de Janeiro, cuenta con una población de unos 150.000 habitantes y está compuesto por 16 favelas. La Fundación implementa 'FutbolNet' con niños de entre 6 y 16 años en las instalaciones de la Villa Olímpica de este barrio con la colaboración de la Fundación MAPFRE, entre otras instituciones locales.
El proyecto se aplica dos veces por semana en sesiones donde el niños trabajan los valores mientras juegan al fútbol y donde el diálogo previo y posterior a los partidos se convierte en una pieza clave del programa.
Amanda Matías, de 8 años y María Victoria Sánchez, de 9, se cambian las zapatillas de ballet por las botas de fútbol cada día. Las dos son beneficiarias del proyecto 'FutbolNet' de la Fundación FC Barcelona en Río de Janeiro. Viven en el Complejo da Maré y creen que participar en este proyecto también puede ayudar a mejorar la danza. 'FutbolNet' les ayuda a trabajar valores como el respeto, el trabajo en equipo, la humildad; unas virtudes universales que pueden traspasar del terreno de juego también en el ballet y, en definitiva, a la vida.
La Leilane Vieira, madre de María Victoria, es una maestra de escuela de primaria y explica que la convivencia de niños y niñas en el campo está ayudando también a romper el mito de que el fútbol es para los niños y el ballet es para las niñas . "'FutbolNet' genera interacción y rompe paradigmas y prejuicios. Los chicos se vuelven más amables con ellas, las respetan, las cuidan y las invitan a participar en el juego. En otras ocasiones, no las dejan ni participar ", dice.
La Fundación FC Barcelona implementa 'FutbolNet' en Río desde el año 2012, con el objetivo de generar cohesión social entre los jóvenes, fomentar los valores que se derivan del deporte y erradicar la violencia. La Jacy Matías, madre de Amanda, señala que la clave de este proyecto es trasladar a los niños de la calle en el campo de fútbol. "El deporte abre perspectivas de futuro a los jóvenes y genera la esperanza de una mejor vida. Quien vive aquí, vive una realidad difícil. La violencia afecta psicológicamente y el fútbol ayuda a desarrollar la disciplina, mejorar las actitudes y fomenta hábitos saludables ".